martes, 13 de diciembre de 2011

La violencia de género no es un problema de carácter privado, es un problema social.

Asumamos nuestro compromiso activamente para repudiar el femicidio y terminar con él.


Carla Figueroa: confesó vivir con miedo y nadie la escuchó
"Yo había vuelto con él porque me había amenazado con que se iba a matar", dijo en un programa de tv en mayo pasado.
Siete meses después, Tomaselli la asesinó delante de su bebé de dos años.
Este hecho que podría haberse evitado de no ser por la aplicación arbitraria de la aún vigente figura patriarcal y arcaica del avenimiento, consagrada en el art. 132 del Código Penal:

“En los delitos previstos en los artículos 119: 1º, 2º, 3º párrafos, 120: 1º párrafo y 130 la víctima podrá instar el ejercicio de la acción penal pública con el asesoramiento o representación de instituciones oficiales o privadas sin fines de lucro de protección o ayuda a las víctimas. Si ella fuere mayor de dieciséis años podrá proponer un avenimiento con el imputado. El Tribunal podrá excepcionalmente aceptar la propuesta que haya sido libremente formulada y en condiciones de plena igualdad, cuando, en consideración a la especial y comprobada relación afectiva preexistente, considere que es un modo más equitativo de armonizar el conflicto con mejor resguardo del interés de la víctima. En tal caso la acción penal quedará extinguida; o en el mismo supuesto también podrá disponer la aplicación al caso de lo dispuesto por los artículos 76 ter y 76 quáter del Código Penal.”

Es hora de que la sociedad, nosotras, las mujeres, nos comprometamos activamente con esta problemática. No podemos permitir que más mujeres mueran asesinadas por violentos machistas.
Es en el ámbito familiar donde se producen los hechos más violentos, maltratos físicos y psicológicos y asesinatos.
Hay muchos jueces que ignoran los estudios de género y tienen mucha resistencia a aceptar que las mujeres tenemos derechos.
Esto perjudica principalmente a las mujeres más desprotegidas, que son las más pobres que además de carecer de recursos materiales, generalmente tampoco cuentan con una red de contención ni con el capital simbólico necesario para hacerle frente a este tipo de situaciones.
Es necesario un cambio cultural para terminar con la violencia de género en el largo plazo.
En lo inmediato se requieren cambios legislativos, como la urgente derogación del artículo 132 del Código Penal, sumados a efectivas políticas de prevención y protección

Centros de atención de violencia familiar y de la mujer en todo el país.
http://www.vivirsinviolencia.gov.ar/ctros.html

♥ Celeste ♥


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